lunes, 17 de junio de 2013

¡Gracias por celebrar con la LilaLuna!

                  Mila (MilArteCreativo) por su presencia y colaboración.
 
"Fortaleza florida". Mandala cooperativo para el primer aniversario LilaLuna.
                    Gracias Mila Moreira (milartecreativo.blogspot.com.es).

miércoles, 12 de junio de 2013

Celebración aniversario LilaLuna en Familia. Domingo 16 de junio.



  
 
Queridas familias y amigos de la LilaLuna,
hace un año se unieron mi ilusión de crear un espacio para proyectos y talleres creativos y de yoga con la materialización en un espacio muy acogedor en Valladolid. Nos encanta ese lugar, y estamos muy satisfechos y agradecidos por todo lo que hemos podido ofrecer y seguiremos ofreciendo a las familias, los niños, las embarazadas y a todas las personas interesadas en aportar más plenitud, conciencia, alegría y sosiego a sus vidas a través del yoga, el canto, la biodanza, el arte de tocarse, de mirarse, de pintar(se), la meditación, y todo trabajo creativo e integral uniendo cuerpo, mente y emoción/ espíritu.
 
Queremos celebrar este primer aniversario y la clausura del curso, y nos gustaría invitaros a ti y tu familia a un especial LilaLuna Yoga en Familia, el próximo domingo 16 de junio, de 12 a 14h. Habrá sorpresas guiadas por amigas y queridas colaboradoras, que durante este año nos aportaron su luz y sabiduría a la LilaLuna.
 
También es un momento para agradeceros a todas las personas que habéis venido y participado a lo largo de este año en el proyecto LilaLuna. Y una oportunidad para nuevas familias de conocernos, bienvenidas. Esta sesión especial es gratis, estamos de celebración, aunque agradecemos una aportación libre, si así lo sentís :)
Comentaros también, que con esta celebración terminamos esta temporada del Yoga en Familia, y después del verano volveremos renovados y ilusionados en septiembre.
 
Nos encantaría compartir esta fiesta con vosotros, y agradeceros que nos habéis acompañados a lo largo de este año, y que seguiréis haciéndolo :)
Para una mejor organización, nos gustaría que nos confirmaseís si pensáis venir. Bienvenidos y disfrutad :)
Un abrazo.

viernes, 7 de junio de 2013

La sabiduría de los cuentos



“Esta es la historia de un hombre que podría ser definido como buscador. Un buscador es alguien que busca, no necesariamente alguien que encuentra.

Tampoco es alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.

Un día el buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Había aprendido a seguir esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir a lo lejos. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una pequeña valla de madera lustrada. Una portezuela de bronce invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar.

El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó sus ojos, que eran los de un buscador, sobre una de las piedras, y leyó su inscripción:

“Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra: era una lápida.

Sintió pena al pensar en el niño de tan corta edad enterrado en ese lugar.

Mirando a su alrededor, se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción.

Se acercó a leerla: “Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”.

El buscador se sintió terriblemente conmocionado ¡Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida! Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto. Pero lo que lo llenó de espanto fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba los 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.

El cuidador del cementerio pasaba por allí y se acercó, lo miró un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.

- No, ningún familiar – dijo el buscador - ¿Qué pasa con este pueblo?,

¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente y que ha obligado a construir un cementerio de niños?

El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré:

Cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello. Es una tradición entre nosotros que a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y lo anota en ella. A la izquierda que fue lo disfrutado, a la derecha, cuánto tiempo duró ese gozo:

¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana, dos, tres semanas y media?…

Y después… la emoción del primer beso, ¿Cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana? … ¿Y el embarazo o el nacimiento del primer hijo?… ¿Y el casamiento de los amigos…? ¿Y el viaje más deseado…? ¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano…? ¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?… ¿Horas?, ¿Días?…

Así, vamos anotando en la libreta cada uno de esos momentos, y cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba.

Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.


Jorge Bucay